Los objetos no son visibles en absoluto sin luz, y solo imágenes bidimensionales sin sombras. Sólo el juego de luces y sombras otorga a los objetos la profundidad necesaria; Los cuerpos, las superficies y las estructuras se pueden reconocer bien. Al mismo tiempo, la combinación adecuada de dirección de la luz y sombreado garantiza el confort visual y una atmósfera de iluminación agradable. La dirección de la luz es responsable de la formación de sombras. Está determinado por las características de radiación de las luminarias y su disposición en la habitación.

Ideal: combinación de luz difusa y dirigida

Una habitación luminosa con solo luz difusa sin formación de sombras parece monótona e incómoda: los objetos y las distancias solo se pueden reconocer con dificultad, la orientación es difícil. Por el contrario, las fuentes de luz puntuales con luz extremadamente direccional forman sombras profundas con bordes de sombra marcados. Casi nada se puede ver entonces en estas “sombras proyectadas”. Esto también puede dar lugar a ilusiones ópticas peligrosas, por ejemplo, al manipular herramientas o subir escaleras. Según DIN EN 12464-1, el efecto de sombra ideal (sombras con bordes suaves) consiste en una relación equilibrada entre iluminación dirigida y difusa. Las luminarias con componentes de luz indirecta, por ejemplo, proporcionan luz difusa, mientras que los downlights o las luminarias de lamas de radiación directa para la oficina proporcionan luz direccional.