La luz artificial atrae a los insectos. Para los animales nocturnos, cuya forma de vida está adaptada a la oscuridad, existe el riesgo de que la luz artificial altere su ritmo natural de vida.

Los componentes de color rojo anaranjado reducen la atracción de los insectos.
La luz con un componente predominante amarillo/naranja y rojo reduce el acercamiento de los insectos. Esto se debe a que los ojos de los insectos tienen una sensibilidad espectral diferente a la del ojo humano. Los insectos reaccionan más sensiblemente a la composición espectral de la luz de las lámparas fluorescentes y de las lámparas de mercurio de alta presión. También perciben la débil luz de la luna, que los insectos presumiblemente utilizan para orientarse, como significativamente más brillante que los humanos.
En cambio, la luz de las lámparas de sodio de alta presión les parece más oscura. Esto se debe a que son casi insensibles a los componentes espectrales amarillo-naranja y rojo de la luz; el acercamiento de los insectos se reduce con el uso de estas lámparas.
La Deutsche Lichttechnische Gesellschaft e.V. (LiTG) ha resumido el estado de los conocimientos científicos sobre este tema en su publicación \"Zur Einwirkung von Außenbeleuchtungsanlagen auf nachtaktive Insekten\".